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El carbono como herramienta de conservación para
miles de hectáreas forestales en la Reserva de la
Biósfera Sierra Gorda

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El pasado domingo 27 de octubre, el gobierno de Querétaro y el Grupo Ecológico Sierra Gorda (GESG) efectuaron el pago de captura de CO2 a 33 propietarios forestales y a una sociedad comunal para la implementación de acciones encaminadas a la conservación de 6,500 hectáreas de bosques y selvas en la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda, uno de los macizos boscosos mejor conservados del centro del país, que funge como pulmón de Querétaro.


Esto como parte de una política pública a nivel subnacional, denominada “Sello
Estatal de Bajas Emisiones de Carbono”, que tomó como referencia al producto
Carbono Biodiverso, desarrollado por GESG en 2011. A través de este esquema, se apoya a propietarios forestales serranos que tradicionalmente habían usado sus tierras como agostaderos durante años, para que reorienten la vocación de los terrenos hacia la recuperación de los bosques de roble, propios de esta área natural protegida que abarca el 32% del total de superficie del estado de Querétaro.


El modelo de Carbono Biodiverso sirvió como referencia para que en 2021 el gobierno del estado creara el “Sello Estatal de Bajas Emisiones de Carbono”, como parte de la aplicación de un impuesto para las empresas que emiten gases de efecto invernadero
a la atmósfera durante sus operaciones. La implementación se llevó a cabo durante la administración del gobernador Mauricio Kuri, como una forma decombatir el cambio climático.


De acuerdo con el subsecretario del Medio Ambiente de la Secretaría de Desarrollo
Sustentable del estado de Querétaro, Ricardo Torres, este impuesto establece que las empresas que generan emisiones directas de CO2 a la atmósfera deben pagar 5.6 Unidades de Medida y Actualización (UMA), por cada tonelada de dióxido de carbono equivalente emitida a la atmósfera, lo que equivale a 637 pesos por tonelada emitida.
Dado que se trata de un impuesto no recaudatorio, éste se puede cubrir con pagos para la absorción de CO2 directamente en los bosques o a través de proyectos para la reducción de emisiones. “Por cada tonelada certificada que sepague, se reduce la base gravable del impuesto, por lo que evita cubrirlo y mejor pagar el recurso a los propietarios de los bosques que se aseguran de que éstos absorban esas toneladas de
CO2”, explicó Torres.


Para calcular el impuesto, las empresas deben realizar un inventario de emisiones y con base en ello se determina cuántas toneladas de dióxido de carbono emitieron a la atmósfera. Una vez estimada esa cifra, las empresas pueden optar por la compensación a través del programa de Carbono Biodiverso, que diseñó e implementa desde hace más de una década el GESG, fundado y dirigido por “Pati” Ruiz Corzo.


Al respecto Ruiz Corzo comentó que “el Sello Querétaro vino a dar valor a ese capital natural y se está regenerando nuestro estado, eso es motivo de mucho orgullo, porque no solo es flora, sino todos los cerezos que se vuelven a congregar y se forma el tapiz de vida de la naturaleza. A través del Sello se recarga el acuífero, se captura carbono, se cuida el hábitat para la flora y la fauna y la gente tiene empleo, porque ahora los propietarios de las tierras son guardaparques”.


Por muchos años, las comunidades residentes de la Sierra Gorda utilizaron el antiguo bosque como terrenos dedicados a la ganadería extensiva, lo que provocó su degradación y pérdida de potencial para absorber carbono, mermando así su
contribución a la mitigación del cambio climático. Se estima que entre 2002 y 2018 el país perdió más de 500,000 hectáreas de bosque primario.


La forma en la que el programa Carbono Biodiverso ha dado un giro de tuerca en la
conservación de la Sierra Gorda es la siguiente: a través del modelo se captan recursos económicos de empresas privadas interesadas en reducir su huella de carbono, luego éstos son transferidos a los propietarios serranos para que saquen al ganado, eviten la tala e incendios en las tierras boscosas. Esto es, que velen por la integridad de los  bosques.


De esta forma se ha beneficiado a más de 80 propietarios cuyas tierras abarcan una superficie de 20,000 hectáreas de bosques templados y nublados de la Sierra Gorda
de Querétaro. De acuerdo con Ruiz Corzo, para finales de este año serán 287 los
beneficiarios en distintas comunidades del área natural protegida.
La fundadora del GESG ap

untó que en todo momento tanto ellos como las empresas yel gobierno del estado de Querétaro tienen control, trazabilidad y transparencia de los recursos económicos que son dispersados entre las comunidades para que las
empresas que deciden compensar el impuesto a través del Sello estén al tanto del destino de los recursos.

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