Ramón Rodríguez.- Hace 49 años, el 9 de enero de 1975, Ken Brugger y su esposa Catalina Aguado realizaron el histórico descubrimiento del Santuario de la Mariposa Monarca. Este acontecimiento marcó el fin de una búsqueda de décadas que inició en 1937, cuando el zoólogo canadiense Fred Urquhart y su esposa Nora emprendieron la tarea de desentrañar el destino de las mariposas monarcas que migraban desde Canadá y el norte de Estados Unidos hasta el centro de México cada otoño.
La migración de estas mariposas, un fenómeno milenario, era un enigma, y el trabajo de Urquhart, apoyado por más de 4 mil voluntarios en Estados Unidos y Canadá, involucró el etiquetado de alas para trazar rutas de migración. Sin embargo, el paradero invernal de las mariposas continuaba siendo un misterio, incluso después de décadas de registros y vigilancia a lo largo de vastos territorios estadounidenses.
Fue gracias a la dedicación de Brugger y Aguado que se logró descubrir el lugar de hibernación de las mariposas, poniendo fin a años de incertidumbre. Este hallazgo crucial contribuyó significativamente al conocimiento de la biología y el comportamiento migratorio de la Mariposa Monarca, destacando la importancia de los esfuerzos colaborativos en la investigación científica.